Presentación del libro: Villamor

         Buenas tardes. Sra. Alcaldesa y corporación municipal. Amigos y paisanos todos. Una de las fiestas más importantes y celebradas en Castilla ha sido y sigue siendo la festividad de San Antón, el día 17 de enero. En este día los quintos corren los gallos en muchos de nuestros pueblos.

         En esta corrida de gallos, los mozos proclamaban desde su montura a caballo la llamada “relación”. Pues bien, quiero saludaros con unos versos tomados de una de estas relaciones. Es de 1960 y no conozco el autor. Dice así:



         Perdonad y disculpad, si embargados de emoción.
         De mis labios la oración bella no acierta a brotar,
         Sabéis que no soy juglar, ni entiendo de trovador,
         Pues quisiera con amor, mi inexperiencia suplir,
         Y al expresar mi sentir, saludarte Villamor…   

         Queridos amigos, gracias por estar ahí, brindarme vuestro calor y vuestra compañía. Sed todos bienvenidos.

         Quiero comenzar con unas palabras de un premio Cervantes. Creo que nada mejor para glosar este acto.
 
         La palabra libro  está muy cercana a la palabra libre; solo la letra final las distancia: la o de libro y la e de libre. El libro es uno de los instrumentos creados por el hombre para hacernos libres. Libres de la ignorancia y de la ignominia, Si el hombre no hubiese creado la escritura no habríamos salido de las cavernas. A través del libro conocemos todo lo que está en nuestro pasado. Es la fotografía y también la radiografía de los usos y costumbres de todas las distintas civilizaciones y sus movimientos. Por los libros hemos conocido el pensamiento chino, griego y árabe, el de todos los siglos y todas las naciones. En fin, el libro es para nosotros un camino de salvación.

         Una sociedad que no lee, es una sociedad sorda, ciega y muda”.

         Este libro quiere ser también una radiografía, una fotografía de nuestras tierras, de nuestros usos y costumbres más tradicionales, que han llevado a recomponer el gran acervo de nuestras vidas.

        Nace este libro como fruto del cariño de un hijo agradecido hacia su padre. He querido poner en palabras el sentir del corazón. Soy hijo de Villamor y Villamor es hijo de nuestras tierras, por ello quiero contarlo y cantarlo. Está dedicado a todos, y hecho en honor de los que fueron, de los que son y de los que serán.

         Soy, todos somos, el fruto de los nuestros, de todos aquellos que regaron de sudor, de lágrimas y también de amor y alegrías estas casas y estas tierras.

         Villamor de los Escuderos es un pueblecito de la provincia de Zamora. Se ubica al sur, ofreciendo sus lindes a la Armuña de Salamanca.

         Dice el gran poeta romántico alemán Goethe: “Lo que habéis heredado de vuestros padres, volved a ganarlo a pulso, o no será vuestro”.

         Comienza el libro con esta cita que nos indica un camino, lo que vamos a encontrar en él. No debemos olvidar lo que hemos heredado de los nuestros, eso somos y lo que seamos capaces de hacer con ello.

         Tenemos obligaciones morales que cumplir, obligaciones para con nuestros padres y para con nuestros hijos. Este libro quiere ser un homenaje a todos ellos, una contribución a nuestras vidas y a nuestra historia. Por eso está dedicado a todos: a los que fueron, a los que somos y a los que serán.

         Buceando en nuestra historia y en nuestra geografía, llegamos a encontrar huellas, vestigios, de una cultura. A través de ellos y estudiando el paisaje, podemos llegar a descubrir el alma de sus gentes.

         Es el paisaje de Villamor, enclavado en el corazón de la vieja Castilla, es nuestro paisaje. Este paisaje castellano, uno más del rico mosaico de paisajes españoles, cobra vida dentro de nosotros y de nadie más. La Carpintera, La Silva, El Sendero Negrillo, El Barrio del barrero, La Cuesta, y un muy largo etcétera, son lo que son, en las mentes y en los corazones de las gentes de Villamor.

         Las cosas solas, aisladas, son poca cosa. Necesitan unas gentes que las vivan y las conviertan en mundos.

         El paisaje llega a ser lo que es en las mentes y en los corazones de las gentes, de sus gentes. Solamente cobra sentido a partir de las experiencias humanas. Mis experiencias, aunque pobres, y las vuestras, y las de nuestros antepasados han marcado estos paisajes para siempre; y ellos nos han marcado a nosotros.

         Aunque no soy poeta me he atrevido a cantar al arroyo, a nuestro querido arroyo en el que pasábamos gran parte de nuestra vida de niños.

         Quiero volverme poeta para poderte cantar
         Calles y plazas alerta, trovar y ser tu juglar
         Arroyo de Carrecubo, de ti tengo celos yo
         Porque te acarician y beben, las chicas de Villamor
         Baja, boga tan contento, el arroyo de mi pueblo,
         Canta y silva su canción, pa espantar tos sus miedos,
         Fuiste joven bravucón, y rompías tus barreras,
         Entrabas hasta el salón, inundando las aceras,
         Ya eres viejo, eres mayor, ya no puedes con tus canas
         Otro tiempo fue mejor, lleno de peces y ranas.

         A lo que responde el arroyo:

         Antes de que tu nacieras, regaba yo tos estos lares,
         Para animales y fieras y campos de cereales,
         Los mozos de Villamor, junto a mí lloran su pena,
         Gimen y cantan su amor, a una zagala morena,
         Verdes árboles venían, conmigo hasta Villamor,
         Hoy no tengo compañía, para secar mi sudor.

         Somos parte de la Historia, de nuestra Historia, la cual comenzó hace muchos siglos. Nosotros hemos escrito y, hoy, seguimos escribiendo la historia de nuestro pueblo, la historia de Villamor, que es nuestra historia, la de todos. Por ello, tenemos una responsabilidad para con aquellos que vienen detrás de nosotros.

         Nuestra vida es la historia que guardamos en nuestra memoria, son nuestros recuerdos aún vivos, que nos hacen vivir y que no pueden desaparecer.

         Así en este libro que hoy tengo el honor y el gusto de ofreceros, hablamos del pueblo como tal, de sus gentes, de sus recursos, de la economía: la agricultura y la ganadería, de la vendimia, de la flora y la fauna.

         Quiero cantar brevemente a nuestras labores del campo que han sido y son nuestra vida esta copla popular:

         Morena tiene que ser, la tierra para ser buena,
         Para sembrar y coger trigo, cebada y avena.

         Hablamos de las labores del campo, de la siembre, de la sementera y de la siega, de la trilla en las eras, de la vendimia y la producción de vinos, de la alimentación y de la matanza.

         De esta quiero rememorar un epigrama de Amando Calvo Ledesma.

         Ibérico el salchichón, tocino de las papadas
         Las chichas bien sazonadas, y el farinato en sazón,
         Sin asomo de ficción, de Toro el tinto Bardales,
         Con los quesos de Cigales, en los pueblos de Castilla,
         Del jamón a la morcilla, son pecados naturales.

         O la corrida de los gallos en la fiesta de San Antón:

         Epigrama titulado: Lo quintos en Villamor:
        
         Sin asomo de pasión, en lo de correr los gallos,
         Sobre briosos caballos, siempre le di la razón,
         La noche de San Antón, como era de sospechar,
         Ya cansados de bailar, se metieron en la cama,
          Sin asomo de dolama, a esas del gallo cantar.

         El libro contiene abundancia de fotografías, algunas tomadas in situ, otras de los museos, en los que permanecen en su mudez, esperando que algún caballero andante (que bien puede ser una dama), llegue presto en su rescate.

         Mostramos los aperos del campo, los arreos de los animales de trabajo, las herramientas, los utensilios, los cacharros de las casas y de los comercios, los vestidos, sus trajes tradicionales, las pesas y medidas, las monedas tradicionales, la religión, la flora y la fauna, con el uso de los animales domésticos; las comidas más típicas; la sopa de ajo hecha en puchero de barro de Pereruela, la copita de aguardiente para pasar las pajas por la garganta, el clásico cocido, etc. etc.; y sobre todo a las gentes; estas gentes que han regado de sudor, de lágrimas y de alegrías todas nuestras tierras.

         Capítulo aparte merece dedicar al habla y al léxico propio, así como a los nombres más típicos y los apellidos y sus orígenes, y a los apodos y los motes, que hacían más fácil el conocernos.

         Hablamos de las calles, plazas y barrios, de las fuentes, de nuestras costumbres, nuestro lenguaje, nuestras fiestas y nuestros juegos. Las canciones que todos hemos cantado, sobre todo de niños: El corro de la patata, el corro chirimbolo, Antón pirulero, la comba, el guá, el peón, las tabas, etc. etc.

        Quien no recuerda los dedos: este fue a por leña, este le ayudó, este encontró un huevo, este lo frió, y este por ser tan gordo, se lo comió.

         Y las canciones que acompañaban a nuestros juegos: el patio de mi casa, jardinera tu que riegas, tengo una muñeca, quisiera ser tan alta, donde están las llaves y tantas otras canciones que han ido conformando lo que somos hoy. Las hemos recogido también con el propósito de que no se pierdan en el olvido que todo lo hace fenecer.

         Echamos una mirada a la historia antigua del pueblo, a sus orígenes que son los nuestros. Comenzamos con los pueblos Vetones y los Vacceos. Seguimos con la Ruta de la Plata, que sirvió, además de para transportar este metal, como camino abierto en la Reconquista, y en la que nuestros pueblos aportaban, unos, soldados para los ejércitos, y otros, alimentos para los mismos.

         El mismísimo general cartaginés Anibal llegó hasta las tierras de Salamanca para darles un escarmiento, saqueando la ciudad, así como a Toro. Estos pueblos participaron en la resistencia lusitana de Viriato contra los romanos, sufren las invasiones de los bárbaros y el saqueo que árabe de Almanzor.
         Muestro la heráldica. No en vano hay cuatro casas con escudos.

         Un capítulo para nuestra joya, la iglesia, esa “pequeña basílica” que, no sabemos por qué, Rodrigo Gil de Hontañón levantó en Villamor para embellecer aún más el paisaje. Presento el documento que muestra cómo se presupuestó un órgano para la Iglesia de Villamor en el siglo XVIII y cómo no se llevó a buen término por motivos económicos. España ha tenido problemas económicos con demasiada frecuencia.

         Hablamos de nuestra religión, de la orfebrería de la iglesia y mostramos copia de documentos originales e inéditos. La iglesia es única en su estilo en toda Castilla, junto a la iglesia de Villacastín.

        Terminamos con unas palabras sobre nuestra educación, nuestras escuelas y la administración local.

         Algunos epigramas de uno de los personajes más ilustres del pueblo: Don Amando Calvo Ledesma, cierran este trabajo que he realizado con el mayor gusto y que pongo delante de todos ustedes.

        Todos nosotros somos los auténticos protagonistas de esta historia. Espero haber sabido plasmar en ella todos vuestros anhelos.

         He contado cosas, pero no he acabado ni podré acabar nunca. La vida continúa su eterno caminar. Seamos capaces de ofrecer a nuestros hijos, al menos, lo que nuestros padres nos han regalado a nosotros.

         No es una novela, por lo que puede abrirse por donde a “cada uno le peta”.

         No olvidemos que el que fue, sigue siendo.

        
         Muchas gracias.

 

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