Inteligencia artificial



            Película de Steven Spielberg. Estamos en el futuro. La tecnología ha conseguido replicar seres humanos como robots, que en su aspecto físico, resultan casi indestinguibles.

            Diferencia entre hombre y máquina. Crítica de la sociedad mecanizada. Sociedad insensible capaz de crear máquinas humanas, máquinas que piensan y sienten, aman, y sobre todo temen a la muerte. ¿Serán nuestro futuro o nuestra esperanza?

            Continua el tema del hombre creador; la relación creador – criatura. Haremos seres a nuestra imagen y semejanza.

            Un niño, David, programado para amar a sus padres. Si el robot ama a las personas ¿cuál va a ser la responsabilidad de las personas hacia el robot?

            Los humanos no tenemos ninguna clase de afecto a nuestras máquinas. Nadie siente amor, no estamos procesados, por su cepillo de dientes, ni por un frigorífico, ya que estas máquinas tampoco nos procesan ningún tipo de cariño, cosa que si hacen un perro o un gato. Pero, ¿qué ocurriría si, pongamos por caso, nuestro frigorífico pudiese transmitirnos su amor, sin no hiciera cosas para divertirnos, cuando estamos tristes?

            Seguramente les mostraríamos también cierta clase de cariño, pues dejaría de ser para nosotros algo inanimado que no nos transmite nada. Este es el tema, ¿habrá algún humano dispuesto a proferir el mismo amor a una máquina que nos ama? ¿Amamos la televisión o la radio si pensamos que nos procuran alegría o felicidad?

            David quiere a sus padres, pero necesita que sus padres le amen a él también. Expulsado de su casa, porque ha llegado el verdadero hijo, David está en peligro constante. Comienza a cumplir su condena no escrita, huir, huir constantemente para no ser destruido.

            David vive el desprecio de los humanos que, al igual que hicieron los nazis con los judíos, se dedican a exterminarlos porque, como dice un robot: nos odian porque cuando ellos desaparezcan, nosotros permaneceremos.

            No está solo en su peregrinar, pero David no desistirá hasta encontrar la forma de convertirse en humano para ser amado. No quiere dudar del amor de su madre, aunque Gigoló Joe  le diga tu mamá no te quiere, simplemente le gusta lo que haces por ella, igual que a las mujeres les gusta lo que yo hago por ellas.

            David busca en el Hada Azul, sin darse cuenta de que El  hada es un ser imaginario. David, el robot, crea un mundo de imaginación, un mundo de abstracción, que nos apropiamos exclusivamente los humanos.

            En el último tramo de la película, y tras haber permanecido millones de años atrapado en una “trampa” de hielo, David es despertado por unos seres que resultan ser los “mecas” evolucionados, que se encuentran buscando los últimos vestigios de la raza humana.

            David se encuentra en una especie de zoo,  siendo objeto de observación por parte de los nuevos “mecas”, que buscan en David saber más acerca de la vida de los humanos, ya extintos.

            David pide a los “mecas” que le devuelvan a su madre, ya que ellos por medio de una muestra de ADN son capaces de clonar a una persona. Pero los clones no pueden vivir más de un día, porque en el ADN se encuentran los aspectos físico de la persona, pero no la memoria y otros, por lo que el clon, una vez dormido, muere. A David no le importa y consigue pasar todo el día con su madre y al llegar el momento de dormir, la madre cae rendida para no despertar jamás. David ha encontrado lo que ha estado buscando, cierra los ojos y duerme, acompañado de su madre un sueño eterno.

            Son temas abordados por los mitos, la ciencia, la técnica y la filosofía. Temas nunca resueltos. En la literatura también han surgido personajes, de manera que se dice que el film es una versión libre entre Pinocho y Frankenstein.

            Podría haberse profundizado en el ángulo humano, en la persona como proyecto y posibilidad. En una criatura viva, un hijo, al que amar. Un hijo que no crece, aunque sus padres son mortales, ni supera el complejo de Edipo.

            No deja de ser original el planteamiento de la insensibilidad de los humanos ante ciertas máquinas merecedoras de afecto. Sería la versión invertida de Terminator y de Matrix.

            Fílmicamente nos viene el recuerdo de 2001: Una odisea en el espacio, pasando por El mago de OZ, hasta los Encuentros en la tercera fase y E.T.

            I.A. va más lejos, porque es más inteligente y sobre todo mucho más honesta que la superproducción El Show de Truman.

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